Airpeak no es un paso al frente, y tampoco es un paso atrás… Es un paso al lado.
Y ha sido sorprendente porque en un contexto en el que casi todos los grandes fabricantes de drones intentan lanzar drones para competir con los Mavic de DJI, el Airpeak de Sony es un dron de uso profesional, muy alejado de los Mavic, Evo y Skydio que ya conocemos, y mucho más cercano a un viejo conocido como la gama Inspire de DJI, con una diferencia muy clara: el nuevo Airpeak está pensado para montar cámaras Sony de la serie Alpha.
Parecidos entre el Airpeak y el Inspire 2
En primer lugar, destaca su parecido con el DJI inspire 2 porque morfológicamente tienen mucho en común:
- Ambos son cuadricópteros, al igual que los archiconocidos Phantom o Mavic. Esto les permite ser más ligeros, ágiles y fáciles de volar y transportar que drones como un Matrice 600 o un S900.
- Ambos drones equipan un sistema de baterías duales, un tren de aterrizaje retráctil (en el caso del Airpeak son patas, mientras que en el Inspire son extensiones de los brazos, que son los que se retraen en vuelo) y ambos ofrecen la posibilidad de pilotar el dron con dos pilotos: uno para la aeronave y otro para la cámara, con una pequeña cámara fpv montada en el frontal del dron (para referencia del piloto de la aeronave) y un gimbal capaz (en principio) de girar 360º horizontalmente.
¿En qué se diferencian?
- Para empezar, el Airpeak parece más voluminoso y pesado que el Inspire 2. Esto se debe a que el Airpeak equipa unas baterías mastodónticas necesarias para elevar una carga de pago mucho más pesada (ahora hablaremos de la diferencia de peso entre las Sony Alpha y otras cámaras de drones). Mientras que el Inspire 2 se quedaba justo por debajo de la barrera de los 5 kg, es muy probable que el Airpeak se quede entre 8 y 10 kg.
- Por su parte, en el teaser hemos visto cómo el Airpeak está rodeado de sensores anticolisión, una mejora muy importante frente al sistema anticolisión ya desfasado del Inspire.
- Para terminar, la mayor diferencia radica en la cámara, y es que es llamativo que Sony decida estrenarse en el mundo de los drones con un dron destinado al uso profesional, pero limitado a ser usado con sus cámaras Alpha.
Las Sony Alpha como cámaras para cinematografía aérea.
De un tiempo a esta parte Canon con sus 5D dejó paso a nuevas generaciones de cámaras mirrorless de Sony (serie Alpha) y Panasonic (sus cámaras GH). En el caso de Sony, se comieron buena parte de la tostada porque la Sony a7s ofrecía una calidad de imagen revolucionaria en luces bajas. Los subsiguientes modelos han seguido mejorando en este y en el resto de apartados.
Nosotros somos muy amigos de estas cámara por un motivo muy sencillo: aunque no tienen por qué ser las mejores cámaras en términos absolutos en su rango de precios, la flexibilidad que aportan en bajas luces hace que en producciones de guerrilla shooting (pocos medios), en las que lo normal es no poder controlar la iluminación de lo que grabas, puedas sacar los planos adelante sin comprometer la narrativa. Esto no es tan útil en el mundo de los drones, donde normalmente vamos a querer grabar de día y la falta de luz no va a suponer problemas.
Y sin embargo, utilizar cámaras de la serie Alpha de Sony sí plantea varios problemas:
En primer lugar, no son cámaras diseñadas para funcionar sobre un dron. Las cámaras que suelen equipar nuestros drones son pequeñas, compactas y ligeras. Aunque la serie Alpha de Sony se compone de cámaras mirrorless (sin espejo), más ligeras que las réflex y desde luego que las cámaras de cine, siguen siendo mucho más pesadas y aparatosas que la Zenmuse x7 que podríamos equipar en nuestro Inspire 2.
Ya estamos acostumbrados a que cada gramo cuenta a la hora de volar drones, en términos de tiempo de vuelo, coste de las baterías, manejabilidad de la aeronave y peligrosidad del vuelo.
A día de hoy, las cámaras que equipan los drones profesionales son de tanta calidad que es complicado justificar montar una cámara estándar, ya sea una mirrorless o una cámara de cine, por todas las complicaciones adicionales que entraña; y sólo en producciones muy importantes se justifica utilizar una cámara de cine en un dron… Cámaras que por su parte también son muy superiores a las Sony Alpha, que en este sentido se quedan un poco en tierra de nadie.
Con todo esto, para el usuario del Airpeak, la elección limitada de cámaras Alpha tiene una cantidad limitada de ventajas:
- Supone un importante ahorro si el usuario ya cuenta con cámaras Sony Alpha, a falta de conocer el precio del Airpeak.
- Deja la posibilidad de montar cámaras mejores que las actuales a medida que Sony lance nuevas Sony Alpha.
- Ofrece la posibilidad de montar en el dron la misma cámara que se utiliza para la producción, siempre y cuando la producción utilice una Sony Alpha. Y no es mucho decir, puesto que como hemos dicho las Sony Alpha destacan en producciones de recursos muy limitados y que necesitan de una gran agilidad, en las que no termina de encajar un dron pesado, voluminoso y probablemente caro como el Airpeak.
La irrupción de Sony como fabricante de drones:
A pesar de todo, el Airpeak sí ha mostrado por el momento potencial para ser una digna plataforma aérea para estas cámaras, cuya calidad está fuera de cuestión. Lo único que cuestionamos es si, a pesar de ser grandes cámaras, son las cámaras idóneas para un trabajo aéreo.
Teniendo en cuenta la gran experiencia de Sony desarrollando cámaras, sinceramente esperábamos un sistema UAS con una cámara diseñada específicamente para el dron. Merecerá la pena que sigamos atentos, puesto que dudamos que la aventura de Sony en el mundo de los drones se vaya a limitar únicamente al Airpeak, y es probable que en un futuro no muy lejano tengamos toda una línea de drones de Sony disponibles para volar.